Golondrinas y vencejos, también conocidos como aviones, están cada vez más alejados de ser la estampa más esperada al comienzo de la primavera. Su población disminuye notablemente cada año. Lamentablemente, algunas personas siguen actuando contra estas aves como si de una plaga se tratase, sin ser conscientes de que su existencia es esencial y beneficiosa para conbatir las verdaderas plagas, las de insectos; que no se si se han fijado, pero...cada año, cada primavera y verano, da la sensación de haber más y más.
La destrucción de los nidos por parte de gente falta de tolerancia y de conocimientos socio-ambientales, es la principal causa de su declive poblacional.
Los nidos de tan bellas aves, que llenan de sonidos las tardes calurosas de verano, son comunes en los voladizos de los tejados de pueblos y ciudades, en balcones y terrazas. Han formado, y esperemos que lo sigan siendo, parte del paisaje tradicional, parte de las fachadas de nuestros pueblos. Cierto es que los nuevos estilos de construcción dificultan la posibilidad de anidar para estas aves, las expulsamos, pero...¿qué es de ellas?.
Los más respetuosos con estas ágiles y veloces aves, colocan cartones bajo los nidos para que no les ensucien el suelo de balcones y terrazas; otros, algo menos tolerantes, erróneamente esperan a que se marchen, a que emigren nuevamente para eliminar sus nidos sin dañarlas, pero...en el caso de las golondrinas, cuando vuelven tras un largo y agotador viaje, recuerdan la ubicación de su nido, lo buscan y al no encontrarlo tratan de hacer otro en el mismo lugar, pero esta vez, se enfrentan a la negativa de la persona que amablemente esperó a que emigrasen para retirarlo.
Esto no es todo, el asfaltado de caminos junto con la escasez de recursos hídricos hacen que la construcción de sus nidos sea una tarea enormemente complicada debido a la escasez de su principal y fundamental elemento de construcción, el barro.
Estas especies están protegidas por la ley (que ave no lo está si somos una especie destructiva), y ésta, prohíbe expresamente la destrucción y deterioro de los nidos, de manera que destruir los nidos de golondrinas y vencejos puede considerarse una infración grave, sancionable con multas de hasta 200.000 €.
Todas estas acciones humanas y otras como el cambio climático (también nuestra) ponen en una delicada situación de supervivencia a estas simpáticas, vivaces y beneficiosas aves. Estas agresiones son denunciables y para ayudarnos en la protección de las mismas, SEO/Birdlife, pone a nuestra disposición en su web un formulario de denuncia.
Todos podemos ayudar y contribuir a que la imagen y sonidos primaverales sigan siendo los de siempre, los que nos llenan las tardes de primavera y verano con la música del conjunto todas nuestras aves.