Una poda mal realizada puede
llegar a causar la muerte de una planta.
La poda bien hecha favorece la
adecuada distribución de las ramas, de modo de garantizar que la luz del sol
llegue también al interior de la planta, crezca de manera armónica y florezca
mejor.
Especialmente en los frutales, el
crecimiento excesivo afecta la producción de flores y luego frutos: la planta
concentra sus energías en crecer y no en dar frutos.
Las podas en primavera son un
gran castigo para las plantas, porque es el momento en el que más necesitan las
hojas. Podar en invierno preferentemente.
Jamás podar en invierno un
arbusto o árbol que florezca en la primavera, ya que la producción de nuevos
brotes y flores se vería seriamente dañada. Hay que podar después de su floración.
Una buena poda es vital para los
rosales. Las rosas de pie bajo se podan en forma de copa abierta, despejando el
interior para que entre la luz del sol: cortar todas las ramas que entorpezcan
el eje central de la planta y dejar 3
a 4 varillas "de esqueleto" con no más de 4
yemas cada una; cuida que la última yema mire hacia fuera. Quitar las ramas que
miran hacia el centro y dejar las que apuntan hacia afuera.
Los setos de Ciprés y de otras
Coníferas no se deben rebajar en exceso ya que rebrotan muy poco de madera
vieja y se quedará seco. Nunca has de llegar a la madera vieja con el
cortasetos o la tijera. Un seto de Coníferas viejo generalmente es mejor
arrancarlo y plantar uno nuevo, puesto que el rebrote de madera vieja es escaso
y nunca cierra por completo.
En árboles ornamentales
distinguimos 3 tipos de poda:
a) Poda de formación
b) Poda de mantenimiento
c) Podas excepcionales
a) Poda de formación
La Poda de Formación se hace
durante los primeros años tras la plantación y sus objetivos son obtener una
estructura de ramas principales fuertes y bien distribuidas y situar la copa a
cierta altura del suelo. Si no se hiciera Poda de Formación y se dejara al
árbol totalmente libre, seguramente tendría un aspecto poco ornamental o
"salvaje" y eso, en la mayoría de los casos no conviene.
b) Poda de mantenimiento
Una vez que tenemos el árbol bien
formado, es decir, con la copa a una cierta altura, con sus ramas principales y
secundarias elegidas y bien dispuestas, habrá que practicar durante toda la vida
del ejemplar una Poda de Mantenimiento.
La poda de mantenimiento consiste
en eliminar elementos indeseables como ramas secas, tocones, chupones, ramas
con riesgo de rotura, ramas que estorben el paso de personas o toquen cables o
edificios, aclarar la copa de ramaje excesivo, etc.
En algunos árboles, se poda para
evitar las flores o frutos. Por ejemplo, es muy corriente podar los Chopos,
principalmente los pies femeninos, para evitar que se formen flores, las cuales
producen alergias en primavera. En la
Morera se hace para limitar la producción de frutos que
ensucian el suelo, al mismo tiempo que se consiguen hojas más grandes, que
proporcionan más sombra en verano.
En árboles ornamentales no es
imprescindible cada año, sino cada 2 ó 3. En frutales sí se debe hacer
anualmente.
c) Podas excepcionales
Este tercer tipo de poda está
totalmente desaconsejada por los especialistas y sin embargo es bastante
frecuente de ver tanto en arbolado urbano como en jardines privados. Terciado y
desmochado: su finalidad es reducir de un plumazo el volumen de copa de los
árboles a base de motosierra. Sólo en casos extremos se debería recurrir a
ella.
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Terciado | |
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Desmochado | |
- El terciado: consiste en cortar
todas las ramas del árbol dejando aproximadamente un tercio de su longitud.
- El desmochado: es más salvaje
todavía puesto que se cortan las ramas a ras del tronco.
Hay especies que no soportan las
podas fuertes: Fresno, Abedul, Castaño de Indias, Prunus spp. (por ejemplo,
ciruelo, melocotonero), Melaleuca, etc. El Magnolio (Magnolia grandiflora)
pierde mucha savia con los cortes y por tanto, las podas drásticas lo daña y
tarda en recuperarse. Los Manzanos (Malus spp.) tampoco toleran las podas
drásticas porque les suelen provocar infecciones por hongos.
El problema viene porque a los árboles,
en lugar de hacerles una Poda de Mantenimiento regular cada poco tiempo (cada
2, 3 ó 4 años), que es lo deseable, se los abandona completamente y llega un
momento en el que presentan un volumen muy grande y un ramaje denso. Entonces
se recurre a terciar o desmochar las ramas. De un plumazo se reduce el volumen
excesivo y se acaba con el enmarañamiento.
El terciado o el desmochado son
un mal menor a los que sólo se debería recurrir en casos muy concretos, como
ramas que están secas; ramas grandes que tienen un evidente riesgo de rotura;
ramas muy atacadas por plagas o enfermedades; árboles decrépitos muy débiles y
estropeados que, antes de talarlos, se puede intentar vigorizar con una poda
fuerte.
Forma de hacer los cortes
Todo corte es una herida. Es
preciso que los cortes sean limpios, sin desgarros, para que el labio
cicatrizante se forme correctamente. Para conseguirlo, el primer paso es
utilizar herramientas de corte bien afiladas y el segundo, darlo por el lugar
correcto.
Los cortes hay que darlos en el
sitio justo, ni muy pegados al tronco, ni muy alejados. Los muy alejados dejan
un tocón difícil de cicatrizar y se pudren.
En ramas de un diámetro grande,
para que no se produzca un desgarro de la corteza hay que cortarla en dos
pasos. Se hace una muesca primero, se corta más arriba y por último, el tocón
que queda se elimina sujetándolo.
Un corte que haya quedado con los
bordes irregulares se debe recortar o perfilar para que salga mejor el labio
cicatrizante. Si una tormenta, el viento, etc. tira una rama, lo conveniente es
eliminar todo el material astillado y dejar una zona ''limpia" con cambium
vivo para que cierre.
Los cortes grandes (más de 10 cm. de diámetro) hay que
evitarlos siempre que se pueda, pero si hay que hacerlos, deben alisarse y
retocarse hasta que queden perfectos. El riesgo de pudrición aumenta
considerablemente cuando los cortes exceden los 5 cm de diámetro.
Podar siempre sobre un brote o
rama que haga de 'tirasavias' para que cicatrice mejor y evitar así la
formación de tocones secos. En los tocones suelen aparecer chupones mal
anclados en la corteza.
La seguridad del podador es
prioritaria y hay que usar según el caso, arneses, guantes, casco con careta,
ropa adecuada (por ejemplo, hay unos pantalones rellenos de fibras que al
contacto con la motosierra produce el bloqueo de ésta), sogas resistentes,
escaleras, andamios, etc.
Se recomienda comprar siempre
herramientas y materiales de calidad porque merece totalmente la pena.