La campaña de movilización ambiental Hora del Planeta nació hace más de una década en Sidney, en el año 2007, como gesto simbólico para llamar la atención sobre el problema del cambio climático.
Un sencillo gesto que consiste en apagar las luces de hogares, negocios, edificios y monumentos durante una hora.
Una acción que después articularía un creciente movimiento mundial del que ya forman parte miles de ciudades de 188 países, que en pasadas ediciones apagaron más de 17.000 monumentos y edificios, algunos tan emblemáticos como la estación espacial o la Torre Eiffel.
Hora del Planeta une a ciudadanos, empresas, ayuntamientos e instituciones para denunciar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
En la actualidad, además de ser un símbolo (apagar la luz durante una hora), promueve acciones directas para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Por ejemplo, inspiramos estilos de vida sostenible y fomentamos el desarrollo renovable.
Dependemos de la naturaleza para vivir (es el sistema de soporte vital del planeta y nos brinda todo lo que necesitamos, desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos y los alimentos que comemos).
Sin embargo, la destrucción de hábitats y la pérdida de las especies, resultado de la acción humana está provocando una degradación de la naturaleza sin precedentes en la historia de nuestro planeta.
2020 es un año crítico para la naturaleza
Pero también es cierto que estamos viviendo una transición ecológica que es imparable. Por fin, gobiernos, ciudades, empresas y ciudadanos de todo el mundo se están movilizando y miles de iniciativas en favor del clima y la naturaleza se están produciendo.
Es ahora o nunca, es el momento de actuar antes de que sea tarde.
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