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jueves, 1 de marzo de 2012

Tiempo de labrar

El propósito de la labranza es preparar el suelo para el cultivo. Tradicionalmente esta preparación se realiza empleando un arado, que penetra en el suelo y voltea la tierra, arrancando o eliminando las malas hierbas que crecen en el terreno, removiendo y aflojando las capas superficiales del suelo y dejando un lecho con la humedad suficiente para que germinen las semillas sembradas. Hoy, muchos agricultores siguen un programa de labranza mínima o reducida para conservar el suelo. En este tipo de labranza la materia vegetal muerta que queda en el suelo tras la cosecha se deja encima, o bien bajo tierra, a poca profundidad, en vez de ser introducida profundamente con el arado, como ocurre en la labranza tradicional; ello contribuye a mantener la humedad en el interior y a proteger el suelo de la erosión. La época más idónea, tanto para pastos como para cultivos suele ser entre los meses de noviembre (la 1ª labranza) y marzo y abril (la 2ª labranza).

La palabra labrar deriva del latín laborāre, que tenía el significado genérico de trabajar.

La finalidad de la labranza es la de:

    * Facilitar la circulación del agua para un riego correcto.
    * Destruir las malas hierbas.
    * Hacer menos compacta la tierra, adecuándola así para la siembra agrícola.

Tipos de labranza
* Labranza superficial: En general de menos de 20 cm de profundidad y sin recorrer la tierra. Se hacen con los llamados cultivadores que son aparatos dotados de un conjunto de púas que se desplazan arrastradas por un tractor. Actualmente es el tipo de labranza que se emplea en la agricultura ecológica por ser la menos dañina para los suelos.

    * La labranza profunda o tradicional: Suele ser de una profundidad superior a los 20cm. Este es el tipo más empleado por los agricultores a lo largo de la historia, pero se ha demostrado que el daño producido en plantaciones, sobre todo de frutales, es mayor que el anterior. Cuando la capa fértil no es muy gruesa, ésta queda sepultada a 20 o 25 cm. después del labrado, mientras que en la superficie queda expuesta la tierra más pobre; esto obliga a fertilizar para disponer de cosechas productivas.

    * La labranza con cuchillas rotativas deja la tierra especialmente desmenuzada para poder ser sembrada, pero ocasionan una capa compactada alrededor de la parte arada que es muy perjudicial.

    * Manualmente, el desherbaje o quitar las malas hierbas se hacen aún hoy día con azada o azadón y también desbrozadotas.

    * Desfondado: Es la práctica más agresiva contra los suelos, pero a su vez necesaria para arreglar el terreno a cultivar. Este método no se emplea en los cultivos de riego, sino en los terrenos de secano, como para el almendro.

Evolución histórica de la labranza

El uso del arado romano, normalmente de madera y de tracción animal (bueyes o équidos) perduró hasta la mecanización agraria del siglo XX. A partir de entonces los arados mecánicos y los tractores permitieron arar la tierra con una mayor profundidad, algo que puede dar paso a procesos erosivos de pérdida del suelo

En la actualidad la tendencia es a labrar menos y aplicar técnicas como labrar perpendicularmente a la pendiente, con el objeto de reducir la erosión. El uso de herbicidas o de guadañadoras permite actualmente prescindir de las azadas para eliminar la mala hierba.

Estudios recientes demuestran que labrar sólo temporalmente aumenta la infiltración de agua y que el balance hídrico es más favorable si no se perturba la tierra. Además no labrar permite que los cultivos perennes tengan más raíces cerca de la superficie.

Trabajar el suelo para realizar sus siembras con el fin obtener el alimento fue una de las primeras preocupaciones del hombre. Las primitivas herramientas fueron construidas toscamente de madera, hueso y piedras con las que se removía un pequeño surco. De esta manera, el área que se podía trabajar y sembrar era muy limitada.

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